A lo largo de los años, hemos ampliado nuestro impacto, fortalecido alianzas y reafirmado nuestro compromiso con el desarrollo de personas, comunidades y ecosistemas. Guiados por los valores de justicia y solidaridad, hoy seguimos trabajando en estrecha colaboración con comunidades, socios y aliados para transformar realidades. Nuestra evolución refleja una misión compartida: conectar voluntades, inspirar cambios y potenciar oportunidades que generen un impacto duradero en el Perú.
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2025
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Nueva identidad, mismo propósito
En 2025, Misión Jesuita inició un proceso de transformación institucional para ampliar su alcance e impacto. Renovó su identidad visual sin perder su propósito: contribuir a una sociedad más justa y reconciliada, fortaleciendo la cercanía con socios y aliados y reafirmando su compromiso con la justicia, la solidaridad y el servicio a los más vulnerables.

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2022
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Diversificación y emprendimiento
Conscientes de la necesidad de mayor sostenibilidad, en 2022 se promovieron iniciativas con enfoque emprendedor y se exploraron nuevas formas de generar ingresos. Misión Jesuita amplió sus alianzas con actores del sector privado y sociales para fortalecer proyectos con visión de largo plazo.
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El COVID-19 lo cambió todo
La emergencia sanitaria obligó a replantear prioridades y formas de actuar. Misión Jesuita respondió fortaleciendo su capacidad de asistencia, adaptando programas y acompañando a las comunidades más afectadas, con cercanía y creatividad.

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2020
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Transformación digital
La pandemia aceleró la transformación digital de Misión Jesuita. Se adaptaron herramientas, se fortaleció la presencia en línea y se crearon nuevos canales de apoyo, acercando la misión a más personas en contextos de crisis.
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Innovación social para un mayor impacto
Misión Jesuita incorporó enfoques de innovación social para responder mejor a los desafíos del país. Se fortalecieron alianzas, se impulsaron nuevas metodologías de trabajo en territorio y se buscó generar un impacto más sostenible desde las comunidades.

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2016
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Socios en la Misión
En 2016, Misión Jesuita dio un paso importante hacia la sostenibilidad institucional, impulsando la búsqueda de empresas y aliados estratégicos dispuestos a comprometerse con su causa. Este enfoque permitió consolidar relaciones con socios que, más allá de aportar fondos, comparten la visión y el propósito de la organización.
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Actividades de recaudo
Ese mismo año, se iniciaron también las actividades de recaudo abiertas al público, con el objetivo de fortalecer los proyectos y programas en marcha. Estas campañas no solo permiten sumar recursos, sino que convocan a personas de distintos contextos a conocer la labor de Misión Jesuita y a involucrarse de manera solidaria con las comunidades más vulnerables del país.

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2012
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Diálogos sostenidos con líderes empresariales
En 2011, Misión Jesuita, entonces ODP, comenzó a organizar desayunos con líderes empresariales peruanos para generar espacios de reflexión sobre la fe y la sociedad. Estos encuentros, realizados tres veces al año, cuentan con la participación de destacados expositores e invitados, abordando temas relacionados con la empresa, la sociedad y la Iglesia.
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Integración a la red Claver
En 2009, nació la red Claver, una red de Oficinas de Desarrollo de América Latina y el Caribe, nombrada en honor a San Pedro Claver. Misión Jesuita, entonces ODP, se unió a esta iniciativa junto a otras 11 oficinas. Como parte de la Conferencia de Provinciales de América Latina y el Caribe (CPAL), la red Claver tiene como misión fortalecer las Oficinas de Desarrollo a través de la formación de personal, el intercambio de experiencias y la colaboración en acciones conjuntas.

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2009
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Redes de desarrollo y respuesta a emergencias
En 2004, ODP impulsó e integró el Consorcio Ignaciano de Educación (CONSIGNA), articulando a las instituciones educativas jesuitas en el Perú. Entre 2005 y 2006, promovió la Red NAJ (Niños, Adolescentes y Jóvenes), integrando obras solidarias inspiradas en la labor social de parroquias y la proyección de colegios jesuitas, dando origen a una red dinámica de centros sociales. En 2007, tras el terremoto de Pisco, ODP abrió una oficina temporal de ayuda humanitaria, canalizando recursos y coordinando la respuesta ante la emergencia.
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ODP: el resultado de una fusión
A partir de 2003, se iniciaron los pasos para fusionar Misión Jesuita, la recién creada Oficina de Desarrollo, con la antigua Procura de Misiones, dando lugar a la Oficina de Desarrollo y Procura (ODP). Este proceso, que culminó en 2005, permitió optimizar y ampliar el alcance del trabajo de la Procura, que hasta entonces se enfocaba en el Vicariato San Francisco Javier del Marañón, para apoyar de manera más efectiva todas las misiones jesuitas en el Perú.

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2005
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Creación de la Oficina de desarrollo del Perú
En junio del 2000, bajo la responsabilidad del P. Ernesto Cavassa, SJ, entonces Provincial de la Compañía de Jesús en el Perú, se creó Misión Jesuita, en ese momento denominada Oficina de Desarrollo. Para liderar su implementación, el P. José Ramón González, SJ, conocido cariñosamente como Moncho, asumió el liderazgo del proceso. La Provincia Jesuita de Chicago y el Centro Magis fueron aliados clave en este primer impulso.
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Una invitación desde Roma
En el año 2000, el P. Peter Hans Kolvenbach, SJ, entonces Superior General de la Compañía de Jesús, pidió a todas las provincias jesuitas establecer una Oficina de Desarrollo, con la misión de invitar a más personas a sumarse al trabajo de la Compañía, aportando su tiempo, recursos, conocimientos o acompañamiento en oración.

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2000
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La procura de misiones
Misión Jesuita, originalmente conocida como la Procura de Misiones, nació en 1960 para apoyar con recursos materiales a los jesuitas del Vicariato San Francisco Javier del Marañón, en Condorcanqui, Amazonas. Desde Lima, se gestionaba el envío de bienes esenciales para sostener la labor misionera en la zona.