Nos mueve la fraternidad a la que nos llama el Evangelio, la solidaridad de la Iglesia con los más necesitados, la promoción de la fe y la justicia de la Compañía de Jesús, y el principio de humanidad expresado en los derechos humanos.
Misión Jesuita es una organización de inspiración cristiana-católica. Encuentra su razón de existir más profunda y su referencia más honda en Jesús de Nazaret y en su modo de actuar y relacionarse con los más vulnerables. Por ello, en el corazón de nuestra misión está el compromiso preferencial con quienes viven en situación de injusticia o pobreza.
Principios inspiradores
Dios se nos muestra como Padre de todos, invitándonos a unas relaciones de fraternidad entre los seres humanos. Entendemos la Fraternidad como aquella virtud que da plenitud al significado de la solidaridad humana, pues la solidaridad en clave de fraternidad adquiere cualidades que van vinculadas a la imagen de familia humana en donde hay cercanía, se acompaña y se comparte. Esta solidaridad configura un modo de ser humano y cristiano.
De la Iglesia aprendemos que la solidaridad entre los seres humanos no debe entenderse como un sentimiento superficial y vago respecto a los males que sufren las personas. Entendemos la Solidaridad como la determinación firme y perseverante de trabajar por el bien común, es decir, por el bien de todos y cada uno. Por eso queremos que el ejercicio de la solidaridad sea verdaderamente transformador, es decir, que genere cambios reales y significativos.
La Compañía de Jesús nos ayuda a redescubrir que la justicia es un elemento constitutivo de la fe. Es más, esta justicia encuentra su fuerza y radicalidad en la fe. Desde el binomio Fe y Justicia, la Compañía nos invita a concretar esa solidaridad a través de comunidades, pues éstas aparecen como lugares en donde se experimenta la plena liberación humana. Queremos que este tipo de comunidades sean el germen de una sociedad transformada por la práctica de una solidaridad auténtica.
El principio de Humanidad guía nuestra misión hacia quienes enfrentan mayor vulnerabilidad y privación de derechos. Siguiendo la tradición de la Compañía de Jesús, nos orientamos por tres criterios fundamentales: la mayor necesidad, priorizando los contextos de mayor injusticia; el mayor fruto, apostando por iniciativas que generen transformaciones significativas; y el bien más universal, promoviendo cambios estructurales que fomenten corresponsabilidad, justicia y reconciliación.
Nuestro estilo
En Misión Jesuita buscamos desarrollar un estilo propio en nuestra forma de trabajar, organizarnos y operar internamente, asegurando que este espíritu impregne todas nuestras actividades. Nos distinguimos por:
Valorar el diálogo y el trabajo en red
Creemos en la fuerza de la colaboración. Trabajamos con socios, aliados y comunidades, construyendo sinergias que potencian el impacto y generan transformaciones sostenibles.
Buscar la máxima calidad con calidez
Nos exigimos excelencia técnica y ética en todo lo que hacemos, combinándola con cercanía y un trato humano que dignifique a cada persona con la que trabajamos.
Actuar con la máxima transparencia
Fomentamos una comunicación clara y abierta sobre nuestras acciones, criterios y recursos. Además, buscamos que la transparencia ayude a visibilizar las causas de la injusticia y movilizar el cambio.
Promover una visión esperanzadora
Enfrentamos la realidad con valentía, sin caer en la desilusión. Creemos en la fuerza del anuncio y la denuncia para construir un futuro más justo y reconciliado.
Reflexionar y analizar constantemente
Nos enfrentamos a desafíos complejos, por lo que incorporamos el estudio, el análisis crítico y la evaluación rigurosa en cada una de nuestras acciones.
Innovar para transformar realidades
No nos conformamos con soluciones de siempre para problemas de siempre. Buscamos nuevas formas de responder con creatividad y eficacia a los retos del mundo actual.
Mantener la alegría y el buen humor
Nos mueve el gozo del Evangelio. Creemos en el poder del buen humor y la esperanza para enfrentar los desafíos con energía y optimismo.